La Educación en la Argentina: un problema que parece no tener fin

En 1999, Guillermo Jaim Etcheverry, médico, científico y académico argentino, publicó su libro “La tragedia educativa”. En la publicación documentaba que 2 de cada 3 alumnos manifestaban dificultades en matemática; el 50% completaba la escuela media y el 75% encontraría problemas al momento de encarar su futuro laboral. Estos datos descritos por Etcheverry, dos décadas después no han tenido un gran cambio.
En Argentina, los alumnos son evaluados a través de las pruebas Aprender. Este es el dispositivo nacional de examinación de aprendizaje de los estudiantes, cuyos objetivos son conocer los logros alcanzados y los desafíos pendientes. El programa Aprender establece que los estudiantes deben realizar exámenes de las dos materias principales: Lengua y Matemática.
Los datos de las últimas pruebas Aprender demuestran que, en comparación con los datos registrados en el libro del académico argentino, hubo una mejora en la educación, pero esta no fue tan grande a pesar del tiempo transcurrido. La misma cantidad de años en un país del primer mundo, sería tiempo más que suficiente para que la educación avance a grandes pasos. China, por ejemplo, estuvo en guerra durante 14 años, desde 1931 a 1945, y sus consecuencias fueron devastadoras, incluso para la educación. Hoy, 75 años después, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), China tiene el primer puesto en las tres materias que evalúa el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos(PISA, por sus siglas en inglés), las cuales son Lectura, Matemática y Ciencias.
Argentina, 20 años después del libro publicado, tiene más de 55 mil chicos que no pueden jerarquizar la información, ni tienen incorporadas las prácticas de relectura. En relación a Matemática las cifras son aún más alarmantes; alrededor de 125 mil estudiantes tienen dificultades para resolver situaciones problemáticas e identificar propiedades específicas de las figuras geométricas, entre otros temas.
¿Se puede decir entonces, que en la Argentina hubo una mejora en el sistema educativo? La respuesta es un no, aunque en ciertos casos, algunos quieren argumentar que sí.
Los problemas en la educación
Existen numerosas cuestiones por las que la educación en la Argentina no es buena. Uno de estos grandes problemas es el porcentaje de pobreza infantil que existe en nuestro país. Según el último informe del Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina el 51,7% de los chicos son pobres, es decir, más de la mitad de la población infantil argentina.
Según la organización “Ayuda en acción”, la alimentación marca el desarrollo cognitivo de los niños. La mala, escasa o ausencia prolongada de alimentación en los menores repercute en la atención que éste puede mantener durante la clase ya que se centra en el principal problema. Otra consecuencia de la falta de alimentos es que tienen poca energía para estudiar y hacer actividades físicas.
Los primeros tres años del niño son esenciales para su desarrollo cognitivo, por ello en este período debe recibir la alimentación adecuada, ya que, de no hacerlo, afectaría el aprendizaje del futuro alumno.
Otro problema, no menos importante que el ya mencionado, es que los maestros no están enseñando de una forma adecuada. Es decir, no están brindando las herramientas que el estudiante necesita y tampoco ayudan a que los alumnos tengan un pensamiento crítico, el cual es primordial al momento de estudiar una carrera terciaria o universitaria.
Esta situación en particular se debe a que de casi 324 mil docentes que ejercen en el país, más del 20% no tiene el título habilitante para enseñar en el nivel medio. Ciertos maestros no tienen la formación necesaria para educar, ni las capacidades para capacitar de la mejor manera a los estudiantes
Cecilia Videla, directora ejecutiva del Instituto Nacional de Formación Docente (INFOD) sostiene que la falta de una titulación “puede afectar la calidad de los aprendizajes.”
Axel Rivas, director de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e investigador principal del CIPPEP (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), indicó que “la formación pedagógica es central para el trabajo docente. Muchos profesores de secundaria son profesionales que se acercan a la docencia por distintos motivos. Pese a los años de experiencias dando clases, esto no reemplaza una formación pedagógica sistemática”.
La educación en la Argentina sufre una crisis desde hace décadas, que fue originada hace tiempo, y no solo es consecuencia de una causa sino de un conjunto de ellas. El gran problema en relación a la educación debe ser resuelto ya que es uno de los pilares más importantes del país. Este asunto de gran importancia no puede ser ignorado y se debe buscar una solución, aunque este cambio sea lento y lleve mucho tiempo. Disminuir la pobreza y exigirles una mayor capacitación a los maestros son algunos de los puntos principales para que la educación en Argentina tenga una mejor calidad.